miércoles, 10 de agosto de 2011

Todo vale

Bruno Gallo
Nada como creerse investido por el aura del bien, de la justicia, de la defensa de valores supremos e incontestables. Dios, La Patria y el Pueblo han sido los grandes subterfugios que ocultaron los crímenes más horrendos contra la humanidad.

En nombre de Dios, representación absoluta de lo bueno y lo deseable, se torturó, aterrorizó y asesinó de las formas más crueles a quienes mostraran dudas o diferencias con LA VERDAD oficial de la iglesia.

Los valores Germánicos y El Pueblo trasmutado unas veces en raza aria y otras en victima de los explotadores judíos, fueron las excusa del genocidio que Hitler desarrollo contra comunistas, socialistas, judíos y gitanos (entre otros), Los buenos y LA VERDAD saldría reluciente tras el baño de sangre, los responsables de la humillación post-Primera Guerra Mundial, pagarían su culpa.

La traición a los supremos intereses del Proletariado, forma superior del simple Pueblo, fue la escusa de Stalin para las depuraciones y el asesinato de miles de militantes comunistas, que tenían una VERDAD distinta a la del Padrecito.

Igualmente Mussolini, Mao, Pol Pot, Pinochet o Fidel, se sintieron a su manera defensores de LA VERDAD y el bien. Nadie entra en política como Héroe del mal. Al contrario, siempre el mal lo representan otros. La derecha para la izquierda, la izquierda para la derecha. Los Judíos para los nazis, los explotadores para el proletariado… Lo increíble es que aún hoy, hay quien piensa que en nombre del bien y la verdad, todo vale.

En nombre de LA VERDAD y el bien, se puede perseguir y asesinar a los que son diferentes y no entienden MI VERDAD. En nombre de la verdad se puede flexibilizar la Ley, pues si ella es dura, mucho más dura es la VERDAD y el bien.

En nombre de la verdad se sentencia a dos años de prisión a un dirigente político que difundió información falsa, en nombre de la verdad se puede castigar a los medios que insultan al presidente, el bueno de esta historia. En nombre de la VERDAD y el bien se puede llamar HIJO DE PUTA a un conocido editor en un programa de TV que defiende el bien y la verdad. Porque durante siglos, dice el autor de UN GRANO DE MAIZ, un fascista de apellido Valderrama, el pueblo ha sido enmudecido y explotado, ahora Mario Silva, representante (como Hitler) del pueblo, del bien y la verdad puede putear a cualquiera, puede pasarse la Ley RESORTE por el forro… y Valderrama cual Mussolini, le aplaude.

Esta lógica en la que los buenos pueden hacer cosas que están vetadas a sus contrincantes, es común a gobiernos autoritarios de derecha o de izquierda, están signados por una misión teleológica de reivindicación de los explotados, el rebaño de Dios, la raza aria o como se le llame.

Por ese camino, el bien y la verdad, han llevado a la humanidad a grandes genocidios y los adalides del bien han ido a parar al basurero de la Historia. Por este camino, quienes se sienten “hombres nuevos” repiten el guión Milenarista de la inquisición.

La única VERDAD, es que la verdad absoluta NO EXISTE, que las sociedades que son seducidas por un pensamiento único han terminado matándose y que las sociedades que han descubierto el respeto a verdades diversas, encontraron la clave de la Paz.


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