domingo, 6 de mayo de 2012

El Socialismo: separando el trigo de la paja

El debate histórico de la vasta gama de pensamientos y facciones de la izquierda universal ha ido produciendo monstruos, pesadillas, tiranías, paraísos perdidos, promesas utópicas, superación de la pobreza, justicia y… pare usted de contar. Obviamente y para curarme en salud, iguales y peores engendros produce la derecha universal. Bruno Gallo bruno_gallo@yahoo.com Desde Pol Pot, hasta el socialismo helvético, desde Stalin a Lula, desde Mao a Felipe González pasando por la pléyade de nuevos y extraños liderazgos socialistas en Nuestra América: Evo, Correa, Daniel Ortega y su jefe Hugo Chávez (ah y Fidel el jefe del jefe)… todos reivindican para ellos la herencia universal del pensamiento socialista. Algunos incluso, aspiran a ser herederos del verdadero pensamiento socialista. Esto obliga a quienes nos hemos identificado desde la infancia con el pensamiento socialista, a revivir el espíritu de los días de intenso debate que caracterizaron la ruptura de la izquierda libertaria del bastardo pensamiento autoritario del socialismo real de fuerte influencia soviética. Pero además, nos obliga, como dice el viejo refrán a separar el trigo de la paja, la esencia de los dogmas históricos generadores de injusticias y autoritarismos varios. 1.- Es tiempo de debatir si la tan aplazada “destrucción del capitalismo” es el resultado de un decreto presidencial, el resultado de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción o es, como en la transición entre el feudalismo y el capitalismo, producto de la demostración palpable de la superioridad ética y productiva de una forma de producir capaz de generar más bienestar y autonomía a más personas, en lugar de homogeneidad, miseria y dependencia. ¿No será paja la destrucción política del capitalismo y trigo la superación de este por la vía de un poder paralelo de otras formas productivas no necesariamente antagónicas, pero si diferentes? 2.- Es tiempo de debatir si es posible un sistema político y productivo, éticamente y democráticamente superior, si depende de las opiniones, deseos, veleidades, salud y estado de ánimo de una sola persona. ¿No serán paja los caudillismos y trigo la ampliación de la capacidad de decidir de gente cada vez más culta, que participa más en los debates reales de la sociedad y realmente incide en la toma de decisiones? 3.- Es tiempo de discutir si el discurso y léxico belicista, el permanente llamado a la confrontación, los referentes militaristas son aceptables en el siglo XXI o si en su lugar se impone más entendimiento, más respeto a la diversidad, más heterogeneidad. ¿No será derechosa paja todo militarismo y trigo un movimiento abiertamente no violento, antibélico y libertario? 4.- Es tiempo de reconocer que la experiencia del socialismo real fue un rotundo fracaso, que no puede ser un referente de futuro para nadie, que la construcción de un Estado poderoso que todo lo controlaba generó enormes injusticias e inequidades, tantas, o más, que aquellas que pretendió superar. ¿No será paja el trasnocho nostálgico bolchevique y trigo repensar el socialismo desde relaciones más democráticas con y entre la gente? 5.- Nos vendría bien reflexionar sobre la relación con el resto del mundo, pensar si es posible que un grupo de gobiernos, que incluyen tiranías teocráticas, terrorismos de Estado, militarismos tribales, cuyos únicos rasgos comunes son un feroz autoritarismo y la enemistad con el imperio, jueguen al juego de la bipolaridad contra la gran fuerza imperial norteamericana o más bien nos convendría alinearnos con principios básicos válidos para las democracias y pueblos del mundo y actuar en correspondencia. ¿No será pura paja que la alianza con Ahmadineyad, Mugabe, los hermanos Castro y otros tiranillos y autoritarios puede llevarnos a un mundo mejor? 6.- Nos vendría bien reflexionar sobre políticas públicas como las expropiaciones, la eliminación de los colegios bilingües (a menos que una lengua sea el español y la otra una lengua indígena). Reflexionar sobre el control de todo cuanto se mueve, los excesos del populismo, partido único, las triquiñuelas presupuestarias, la politización del funcionariado público y de las misiones, la negación de la alternancia, el terror a perder el poder… Pues todas esas cosas están fundamentadas en dogmas ideológicos como la Dictadura del Proletariado, la Lucha de Clases, El Hombre Nuevo… que si lo hemos de valorar por sus resultados: represión, falta de libertad, burocratismo, etc. Habrá que convenir que en los tiempos que corren han demostrado ser pura paja. Por último, rescatar la tradición histórica del socialismo solo tiene sentido si ello implica más libertad y más justicia. Si se trata de una opción preferencial por los más humildes para hacerlos más felices, más cultos, más prósperos, no para igualarlos en el mendrugo y además con miedo a decir y hacer. El rescate de una cierta tradición histórica del socialismo tiene que ser en nombre de la Solidaridad, no en el de la Represión, en nombre de la diversidad, no del pensamiento único. En nombre de la poesía, de la belleza, de la alegría, no en nombre del resentimiento. Pues si al final se imponen, en nombre del socialismo, modelos estatistas, represivos, autoritarios, burocráticos, militaristas, etc… Entonces… Rosa Luxemburgo, Gramsci, el Che, Fabricio, Julius Fusik, Tania y todos los héroes de mi adolescencia habrán muerto en vano. Por un montón de paja y nada de trigo.

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